1. Al lavar el vehículo de forma casera, lo primero que se debe hacer es eliminar los excesos de la carrocería con abundante agua, luego utilizar un detergente adecuado para carros y esparcirlo con una esponja comenzando por el techo, siempre quitando los sobrantes de jabón.Para finalizar, hay que enjuagar con bastante agua limpia y secar con un trapo de microfibra para evitar rayones.
2. Se recomienda periódicamente encerar el carro con un producto sugerido por el fabricante, de acuerdo con su color y estado. La cera protege las capas superiores de la pintura. Aunque existen talleres certificados en trabajos de laminado y pintura, para preservar la garantía la sugerencia es acudir al concesionario.
3. Jamás se debe lavar el carro en el sol, porque se puede secar el champú haciendo que se manche la pintura. También hay que evitar el sol cuando se va a polichar, un procedimiento que se recomienda realizar entre dos y tres veces al año.
4. En climas cálidos no hay que dejar el vehículo estacionado debajo de los árboles. Aunque muchos conductores creen que así lo protegen y evitan que el interior se caliente demasiado, en realidad están corriendo el riesgo de que le caiga excremento de aves y líquidos de las hojas y flores que dañan terriblemente la pintura.
5. Lo ideal es que el carro pase las noches en un parqueadero cubierto, para evitar que la pintura se opaque. Las pijamas son una buena alternativa para quienes tienen que dejarlo a la intemperie. Sin embargo, es importante asegurarse que traigan un protector que evite que se peguen a la lámina y al retirarlas se lleven la pintura o la manchen.
6. Con los tonos oscuros, como el negro o el azul, se debe tener un especial cuidado, pues los rayones o defectos son más notorios. Nunca retirar el polvo o cualquier suciedad con un trapo, siempre hacerlo con abundante agua. Los rayones superficiales salen fácilmente con lija y brilladora, los profundos requieren una nueva capa de pintura.
Fuentes
Elespectador.com
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